sábado, 2 de julio de 2022

REAL CASA DE LA MONEDA

 


Foto. F. Robles

    La Real Casa de la Moneda de Sevilla fue una de las siete cecas principales de Castilla autorizadas a continuar en su actividad, después de 1497 por los Reyes Católicos. Una ceca era una casa de Moneda con una instalación industrial en donde se fundían, fabricaban y acuñaban monedas.​ En Sevilla se acuñaban principalmente ducados de oro y reales de plata. 

 La Ceca Nueva de la Moneda se construyó en las huertas de las Atarazanas, y ubicada en la entrada de la ciudad, entre la Torre del Oro y la Torre de la Plata, situación que le permitía supervisar todo aquello que venía desde América. La Real Casa de la Moneda de Sevilla era el centro neurálgico donde se fundía el oro y la plata de la época que después era convertido en marcos y doblones para posterior sostenimiento de la economía europea en pleno siglo XVI, en la época de los conquistadores del Nuevo Mundo. El encargado de su construcción fue el arquitecto Juan de Minjares.

Desde el 1500 hasta 1717 Sevilla tuvo el monopolio exclusivo sobre las mercancías que venían del Nuevo Mundo. La cantidad de metales preciosos convertidos en monedas era tan grande que en no pocas ocasiones se generaron crisis por hiperinflación

Uno de los muros de la Casa de la Moneda corresponde a la muralla de la ciudad y estaba integrada en dicha muralla y a pocos metros del complejo, se encuentra la Torre de la Plata,

Sufrió varias reformas durante su uso como Real Fábrica, la más importante fue en el siglo XVIII, cuando se le añadió la gran portada que conforma el acceso principal, obra de Sebastián Van der Borcht, que fue un ingeniero militar del ejército español y arquitecto nacido en Bruselas alrededor de 1725. Participó en el diseño y construcción de diferentes edificios en la ciudad de Sevilla, entre ellos la Real Fábrica de Tabacos, la Real Casa de la Moneda y el último cuerpo de la Torre del Oro.

En 1868, la Fábrica de la Moneda sevillana perdió su función fabril, tras lo cual se dividió en lotes y se vendió a diversos particulares para convertirse en un espacio residencial.

Sin embargo poco a poco se fue abandonando y llegó a deteriorarse de manera que se encontraba en estado totalmente ruinoso hasta que a finales del siglo XX se decidió su restauración, quedando un edificio de nuevo habitable.

Atravesar la Real Casa de la Moneda por la calle Habana nos traslada al Siglo de Oro. No en vano fue uno de los escenarios de la película Alatriste, protagonizada por Viggo Mortensen.


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