martes, 23 de agosto de 2022

ANUNCIO DEL STUDEBAKER

 


Hacia le mitad de la calle Tetuán de Sevilla podemos contemplar un azulejo de gran belleza de un anuncio publicitario de la marca de automóviles Studebaker, en el que vemos a cinco señoritas a bordo de un automóvil, ataviadas a la moda de la década de 1920, disfrutando de las comodidades de este coche de seis cilindros, que era de los coches más lujosos de aquella época.

La imagen nos muestra a un automóvil que atraviesa un parque y, al pasar junto a la estatua de El pensador de Rodin, dichas féminas se paran un instante. Una de ellas señala con la mano hacia la escultura e inicia una explicación sobre sus características, las restantes señoritas miran la escultura con atención. En esa época el automóvil era un signo de distinción social, distinción que ya iba unido al ocio y el desarrollo tecnológico.

El anuncio se colocó en la fachada del antiguo Bar El Sport, a instancias de Vicente Aceña, que era el representante de esa firma de automóviles norteamericanos en Sevilla.

El Sport era un establecimiento que aunque funcionaba como bar, era más bien un club al estilo inglés, de admisión restringida, cuyo propietario, José Guillén, enfocó el negocio como un local de tertulia donde se daban cita algunos personajes de la vida social y económica sevillana de la época, cerró en la década de 1970. La primera mujer que entró en dicho bar fue Juanita Reina.

El hecho de que es anuncio esté a nivel de los peatones hizo que la conservación de estos azulejos siempre estuviera amenazada, máxime cuando la anchura de la acera en los años que la calle tuvo tráfico hacía prácticamente imposible pasar junto a él sin rozarlo. Llegó un momento en que el desprendimiento de algunas piezas y el deterioro de otras hicieron peligrar su continuidad.

Fue instalado en 1924 y es una de las obras maestras del insigne pintor ceramista sevillano don Enrique Orce Mármol, realizado en azulejos de 20 x 20 cm, y realizado en la Fábrica de la Viuda e Hijos de Manuel Ramos Rejano, en Triana. Sus medidas son de 2,80 x 4,60 metros y fue elaborado con la técnica de la pintura al aguarrás, procedimiento pictórico de cerámica en el que los colores se disuelven en esencia de trementina permitiendo obtener unos acabados más finos y perfectos,  casi fotográficos. Hay que añadir que el autor, Enrique Orce fue un prolífico artista, y especialmente solicitado por los arquitectos para participar en los programas decorativos de los encargos relacionados con la Exposición Iberoamericana de 1929 (como, por ejemplo, algunos paneles de la Plaza de España, o el revestimiento cerámico del Hotel Alfonso XIII).

En 1978 fue desmontado y trasladado al Taller de Alfonso Orce González y Alfonso Orce Villar en la Casa de los Artesanos de Triana, donde lo restauraron y se situó de nuevo en su lugar de origen.

Saludos cordiales

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