lunes, 15 de agosto de 2022

ESFERA BIOCLIMÁTICA



El hecho de que la Exposición Universal de 1992 se celebrase en Sevilla en pleno verano supuso un gran quebradero de cabeza para sus organizadores. ¿Cómo paliar en la medida de lo posible los efectos del infernal calor sevillano? Para los espacios interiores la solución era sencilla, el aire acondicionado, pero…¿qué pasaba con el exterior?

Tras muchos estudios, se llegó a la conclusión de que había que suavizar las condiciones de habitabilidad en los espacios abiertos mediante tecnologías de bajo coste y que estuvieran en concordancia estética con el paisaje. Las medidas que se tomaron para ello fueron:

  • Las calles del recinto se cubrieron de vegetación continua y uniforme que proporcionase sombra. Láminas de agua, cascadas y micronizadores de agua también ayudaban a mitigar la sensación de calor.

  • Se construyeron 12 torres frías de 30 m con captadores de brisas en la parte superior, éstas proporcionaban más de 3,5 millones de frigorías por hora.

  • Se montaron coberturas de PVC blanco.

  • En El Palenque, espacio destinado a diversos espectáculos, había intercambiadores de calor que utilizaban el agua fría de los estanques.

  • Se construyó una gran Esfera Bioclimática, de 22 metros de diámetro y con 1.340 micronizadores de agua, que producía casi 6 millones de frigorías por hora. La esfera bioclimática se situó en la calle Marie Curie, y hoy día permanece como uno de los iconos más reconocibles de la EXPO-92.

Del antiguo recinto expositivo permanecen en pie algunos de sus pabellones y muchos de ellos han encontrado nuevos usos empresariales, educacionales y destinados a la investigación. Algunos fueron hitos arquitectónicos de aquellos días, pero ninguno nos trae tanto la EXPO a la memoria como esta gigante bola verde.

Esta esfera bioclimática fue, sin duda, uno de los elementos más representativos que quedan en la actualidad de lo que fue la Exposición Universal de 1992. Sus excepcionales características morfológicas y estéticas hacen de ella un bien de enorme interés artístico y creativo. En realidad, la esfera bioclimática no tenía aspiración monumental. Formaba parte del sistema de microclima que ayudaba a sobrellevar los meses de calor más riguroso, esparciendo vapor de agua para refrescar a los paseantes junto con un sistema de fuentes, al modo que hoy seguimos viendo en algunos veladores y terrazas de Sevilla. Al reproducir el logotipo de la Expo 92 a gran tamaño, y al mantenerse en su lugar original después de más de tres décadas, representa como pocos edificios y enseres urbanos el afán por construir una nueva ciudad, fresca, imaginativa, al tiempo que funcional

Tanto la gran esfera como el sistema de canales y surtidores fueron diseñados por el catedrático de Termotecnia Ramón Velázquez Vila, responsable además del equipo de ingenieros a los que la dirección de la Expo encargó el sistema de climatización de la Exposición. Pero el ingeniero Teodoro Pou Andreu, director general de la empresa Politécnica de Ingeniería y Arquitectura, se atribuye la autoría del diseño, en conjunción con Rafael Pou Feliu, en una carta al director. Esfera bioclimática, T. Pou Andreu; Cartas al director; ABC, 6 de abril de 1992.

Saludos cordiales

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