Pablo Delgado Zambrano
Es la Plaza Nueva uno de los espacios emblemáticos de Sevilla que, no por conocida y transitada, deja de ser un lugar que guarda misterios, leyendas y curiosidades
En la Antigüedad, el curso del Guadalquivir a su paso por Sevilla era muy diferente al actual. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre si el río se desvió hacia el oeste de manera paulatina o si existió un brazo hoy extinguido. Pero lo de no cabe duda es que en la actual plaza Nueva una vez discurría el Betis. Como prueba, existe una famosa fotografía de una embarcación bizantina, encontrado en los años 70 del pasado siglo, durante las obras del frustrado metro, que daría fuerza a la leyenda de que fue el rey Leovigildo quien, enfrentado a Hermenegildo, secó este tramo del río para impedir que su díscolo hijo recibiera refuerzos navales del emperador de Constantinopla. De esta pasado fluvial también habla el cercano barrio de Molviedro, en su momento llamado Laguna de Pajería.
Fue en época almorávide cuando se urbanizó por primera vez, para albergar lo que fue conocido como cementerio de los Alfareros, al que se accedería por la puerta de Hamidah, emplazada en la confluencia de Sierpes con la plaza de San Francisco. Nos quedamos con este nombre porque fue la Casa Grande de San Francisco la que, tras la conquista cristiana, ocupó la actual plaza y alrededores. Mucho se podría hablar de este complejo, aquí sólo cabe imaginarlo con sus claustros, huertas y capillas, de la que hoy día sólo queda en pie la de San Onofre, abierta 24 horas al día, y donde se han registrado varios capítulos de índole paranormal.
Con la desamortización de Mendizábal comienza el derribo del convento, en clara decadencia desde los estragos causados por los invasores franceses. Se pone en marcha el proyecto ilustrado de levantar una plaza mayor de la que carecía Sevilla, en un proceso que ocupó varias décadas del período isabelino, siendo visitado el recinto por el rey Alfonso XII en 1877, junto a su madre, la depuesta reina Isabel II, y sus suegros los duques de Montpensier. El monarca colocó la primera piedra del futuro monumento a Fernando III, un sobresaliente complejo escultórico coronado por el conquistador de la ciudad a lomos de su caballo, flanqueado a los lados por su hijo, Alfonso X, el obispo don Remondo, el caballero Garcí Pérez de Vargas y el almirante Bonifaz.
Desde entonces, y hasta ahora, la plaza Nueva se convirtió en un lugar de paseos y encuentros, ocupado por fondas y hoteles, para luego dar paso a sastrerías y boutiques, y, en los últimos tiempos, ceder el testigo a oficinas y entidades financieras. Un sitio que, debido a que uno de sus lados lo ocupa el consistorio, ha albergado el festejo de restauraciones realistas, proclamaciones republicanas o constituciones democráticos. También es donde el Real Betis Balompié, con loseta de granito dedicada incluida, celebra sus triunfos. Es, asimismo, un espacio que ha presenciado algunos capítulos lamentables de nuestra Historia: el edificio Telefónica, en la esquina con la avenida de la Constitución, fue escenario de una de las breves pero destructivas escaramuzas sucedidas en suelo hispalense durante la Guerra Civil. Ahora, liberada del tráfico, es un espacio de paz, donde poder sentarse y disfrutar viendo pasar la vida, y el tránsito de locales y visitantes.
Sevilla, julio, 2022
Pablo Delgado Zambrano, (Sevilla, 1983). Licenciado en Derecho y en ADE, Tras un par de años residiendo en el extranjero, decidió dedicarse al mundo del comercio exterior, creando una empresa con sede en Sevilla que ayuda a fabricantes de alimentación a abrirse camino en los mercados internacionales.
Dedica parte de su tiempo libre a escribir fantasía histórica y ciencia ficción. Ha redactado tratamientos para series audiovisuales, así como también ha colaborado en la escritura de guiones de serie y largometrajes. Como divulgador, es integrante del grupo “ Sevilla Misterios y Leyendas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario