lunes, 25 de julio de 2022

MURALLAS DE SEVILLA

 


    Las murallas de Sevilla fueron unas cercas militares que rodeaban el casco antiguo de la ciudad de Sevilla. A lo largo de la historia, y según fue creciendo Sevilla ha tenido varios recintos amurallados, las referencias más antiguas de la existencia de murallas aparecen en el periodo romano. A finales de 2021, por primera vez se localizaron los restos de un tramo de la muralla romana de Sevilla en lo que hoy día es la medianera de un edificio que da a la calle Álvarez Quintero y otro que da a la Plaza de San Francisco.

Los almorávides durante los siglos XII y XIII fueron quienes añadieron y fortalecieron ese ensanche amurallándolo bajo el dominio del sultán Alí Ibn Yusuf, quien amplió el espacio protegido, porque ya eran conscientes del avance conseguido por los reinos cristianos del norte de España en la denominada Reconquista y se dedicaron a reforzar sus defensas, construyendo y fortaleciendo las murallas. La defensa amurallada tenía una dimensión de siete kilómetros con 166 torreones, 13 puertas y 6 postigos.

En estas épocas Sevilla fue una ciudad cerrada, tal vez la mejor amurallada de Europa. El trazado realizado estaba concebido para favorecer la técnica defensiva del flanqueo, la técnica de construcción era a base de tapial de argamasa, cal, arena y guijarros, sólo se empleó el ladrillo en las bóvedas y las fajas ornamentales de las torres. Los restos conservados en la actualidad mantienen un aspecto claramente almohade, mezclado con el aire clasicista que le proporcionaron las restauraciones de las puertas existentes en el siglo XVIII.

Tras la reconquista cristiana de la ciudad por parte de Fernando el Santo en 1248, la Corona de Castilla mantuvo la fisionomía de los muros que había sido impuesta por los almohades durante su construcción, y como era usual en el reino de Castilla.

Era muy común que los reyes de Castilla cuando visitaban la ciudad, juraran respeto a sus fueros en la puerta de entrada, la usada hasta el siglo XVI fue la Puerta de la Macarena; en la puerta de la Macarena juraron Isabel I de Castilla (1477), Fernando II de Aragón (1508), Carlos I de España y su prometida Isabel de Portugal (1526), y por último Felipe IV (1624),

​Durante el reinado de Carlos I se llevó a cabo una importante remodelación de muchas de las entradas de la muralla, bien para hacerlas más prácticas o bien sobre todo desde el punto de vista estético por motivos de propaganda del poder.

Con el tiempo su función militar dejó de tener importancia, pero mantuvo otro principal valor de uso, el servir de protección frente a las crecidas del río Guadalquivir. Además tenía una funcionalidad comercial, pues su presencia y factor de aislamiento la convertían en una aduana a través de la cual se canalizaba y regulaba el acceso a la ciudad, estipulado con el pago del arancel.

Las murallas estuvieron prácticamente íntegras hasta el siglo XIX. A raíz de la revolución de 1868, se decidió derribar gran parte de las mismas, quedando solamente los tramos desde la Macarena (donde se contabilizan siete torreones cuadrados y uno octogonal) hasta la puerta de Córdoba, otro tramo en los jardines del Valle (con cinco torreones) y otro junto al Alcázar, en la calle Agua con cuatro torreones. Además de las torres del Oro y de la Plata. Formaban parte de las murallas del Alcázar la torre de la Cilla del Cabildo y la de Abd-el-Aziz con el arquillo de Mañara en la Avenida de la Constitución.

A principios del siglo el Ayuntamiento tuvo la pretensión de derribar los restos de la muralla de la ciudad, pero José Gestoso, que fue un famoso escritor sevillano, historiador del arte, ceramófilo y arqueólogo, acudió a sus amistades personales, especialmente en la Real Academia de la Historia, donde era Vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Sevilla, principal responsable de su protección y conservación.

Su estrategia era impedir la destrucción de lo que quedaba de las murallas. consiguiendo su declaración como Monumento Nacional en 1908, por Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, hoy día son Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumentos y están protegidas y conservadas.

Saludos cordiales

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