viernes, 9 de septiembre de 2022

TEATRO LOPE DE VEGA

 




El teatro hoy día conocido como Teatro Lope de Vega se adosó formando parte del Pabellón de Sevilla de la Exposición Iberoamericana de 1929 y estaba comunicado con el Gran Salón de Fiestas del Casino que a pesar de poseer dos puertas independientes una principal con pórtico para el acceso de coches, vestíbulo, hall, existían galerías que comunicaban con el Gran Salón del Casino. 

La sala del teatro se construyó siguiendo el diseño tradicional italiano para teatros líricos, con planta de concha en función de la acústica, patio de butacas, plateas, palcos en entresuelo y principal, y los anfiteatros con escasas filas de butacas, que proporcionaban mayor recogimiento del público en las obras dramáticas.

Desde el vestíbulo se accede al patio de butacas y parten del mismo dos escaleras que dan acceso a las plantas superiores, con artística balaustrada de metal fundido. Los palcos centrales tenían acceso independiente, y estaban dotados de escaleras, vestíbulo, saloncito y servicio de tocador particulares.

En total el edificio constaba de cuatro plantas y el escenario que se dividía en dos zonas, una para escena propiamente dicho con 18 metros de ancho y 11 de profundidad y un post-escenario con 12 de anchura y 6 de fondo, que permitía dar a las representaciones gran amplitud. Se completa la escena con foso, contrafoso y telar con una altura de 22 metros de alto, y una gran puerta al fondo con salida directa y dos para artistas y otros servicios, enclavadas en la fachada trasera. Además de las lógicas dependencias en este tipo de edificios,

El edificio se le dotó con adelantos modernos, la prensa destacó como lo más novedoso, su alumbrado escénico; un trabajo para el que se había recurrido a los modelos alemán y estadounidense, y la maquinaria para crear efectos especiales. Así mismo también llamaba la atención el confort que se le ofrecía al espectador como por ejemplo la climatización del local, mediante la instalación en la cubierta del edificio de una red de tuberías de latón perforadas, que producía una lluvia artificial, con lo que se conseguía mantener una agradable temperatura en verano, además de una doble capa de corcho como aislante térmico contra el frio y el calor, y la calefacción mediante radiadores de agua caliente para el invierno.

El 9 de mayo día de la inauguración de la Exposición, fue inaugurado también el teatro de la Exposición de forma oficial con la comedia de Tirso de Molina “El Vergonzoso en Palacio”, al día siguiente hubo un Gran Concierto de Gala a cargo del Orfeón Vasco compuesto por 350 voces y 70 músicos con la asistencia de los Reyes. También actuó la compañía argentina de Camila Quiroga representando obras en homenaje a distintas repúblicas americanas. Cerrándose el ciclo de actuaciones con motivo de la inauguración el día 21 de mayo con la intervención de la Capilla Real de Viena.

La continuidad del teatro tras la clausura de la Exposición, estuvo desde un principio en entredicho, entre otros motivos su lejanía del casco urbano, por lo que se proyectó en principio como no permanente. Sin embargo Cruz Conde le recordó a los sevillanos, que se trataba de un regalo que el Estado hacía al Ayuntamiento.

El 25 de abril de 1938 sufrió un incendio que comenzó en los palcos del anfiteatro, quemando parte del patio de butacas y afectando a la techumbre que destruyó la gran lámpara del centro; este hecho unido a las continuas inundaciones del foso y contrafoso debido a las avenidas del río Guadalquivir, condujeron a que se hicieran obras de adecentamiento, cerrándose el techo y sustituyendo la lámpara central por luces indirectas,

En 1939 el Ayuntamiento decidió volver a organizar una temporada de ópera y la interpretación del “Miserere” en el Teatro. En la década de los años 40 se volvieron a organizar unas breves temporadas de ópera y zarzuela, y el Ayuntamiento también lo cedía a agrupaciones de teatro de cámara, y grupos independientes de teatro.

Con el paso del tiempo fue necesario realizar distintas actuaciones de urgencia que las hizo el arquitecto municipal Antonio Delgado Roig.

Entre 1977 y 1985 el teatro fue cedido al Ministerio de Cultura, para el organismo “Teatros Nacionales y Festivales de España” que realiza unas pequeñas obras de adecentamiento y cambia su nombre por el de Teatro Nacional de Sevilla Lope de Vega.

En 1985 el Ayuntamiento recuperó de nuevo la titularidad del teatro y realizó obras de remodelación y mejoras que las dirigió el arquitecto Víctor Pérez Escolano devolviendo al edificio sus características originales, resolviéndose los problemas mecánicos básicos. Así mismo se le dotó del confort básico que requieren este tipo de instalaciones en la actualidad, así como la incorporación de infraestructura escénica suficiente. Una importante aportación fue la instalación de la araña central del antiguo Coliseo España, después de su restauración, que incrementó enormemente la belleza de este espacio artístico.

Fuentes. Juan José Cabrero Nieves autor del BlogExposición Ibero-Americana de Sevilla

Saludos cordiales

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